Eclesiastés 6

¿Qué sentido tiene la vida?

1Hay un mal que he visto en esta vida y que abunda entre los hombres: a algunos Dios les da abundancia, riquezas y honores, y no les falta nada que pudieran desear, pero es a otros a quienes les concede disfrutar de todo ello. ¡Esto es absurdo, y un mal terrible!

Si un hombre tiene cien hijos y vive muchos años, no importa cuánto viva, si no se ha saciado de las cosas buenas ni llega a recibir sepultura, yo digo que un abortivo vale más que él. Porque el abortivo vino de la nada, y a las tinieblas va, y en las tinieblas permanecerá anónimo. Nunca llegará a ver el sol, ni sabrá nada; sin embargo, habrá tenido más tranquilidad que el que pudo haber vivido dos mil años sin disfrutar jamás de lo bueno. ¿Y acaso no van todos a un mismo lugar? Mucho trabaja el hombre para comer, pero nunca se sacia. ¿Qué ventaja tiene el sabio sobre el necio? ¿Y qué gana el pobre con saber enfrentarse a la vida? Vale más lo visible que lo imaginario. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!

10 Lo que ahora existe ya ha recibido su nombre,
    y se sabe lo que es: humanidad.
Nadie puede luchar
    contra alguien más fuerte.
11 Aumentan las palabras,
    aumentan los absurdos.

¿Y qué se gana con eso? 12 En realidad, ¿quién sabe qué le conviene al hombre en esta breve y absurda vida suya, por donde pasa como una sombra? ¿Y quién puede decirle lo que sucederá en este mundo después de su muerte?